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Exposiciones: Simeón Saiz Ruiz "Soldados Soviéticos"

Simeón Saiz Ruiz "Soldados Soviéticos"

Viernes, 12/Enero/2018
Sábado, 3/Febrero/2018

Artistas

Simeón Saiz Ruiz Curriculum



SOLDADOS SOVIETICOS

Se trata de un conjunto de pinturas de cabezas a tamaño casi natural que reproducen individualmente cada uno de los rostros que aparecen en el cuadro del pintor soviético Yury Mikhalovich Neprintsev (1909-1996), Descanso después de la batalla, del que parece ser que existen tres versiones, una de 1951 que llegó a Mao Zedong; otra de 1953 para el Kremlin y finalmente una de 1955 para el Museo Tretyakov, de cuya reproducción me he servido. El cuadro está basado en el poema Vassili Tyorkin de Aleksandr Tvardowsky (1910-1975) cuyo protagonista es un soldado en el ejército ruso durante la Segunda Guerra Mundial y representa el momento en el que el protagonista cuenta algo a sus compañeros reunidos a su alrededor en poses relajadas, haciendo saltar una carcajada. De ambos poco más conozco que esta referencia que doy. Mi relación con el cuadro se desprende exclusivamente de lo que se ve en una reproducción. Por eso están pintados imitando el efecto de la cuatricromía de la imprenta de la época tal como se encuentra en el libro que poseo y donde el color se consigue por la suma de unos colores básicos que se repiten.

Una reproducción no deja de ser un elemento de ficción y la escena que muestra este cuadro es también una ficción. Estas imágenes de personajes de ficción se podrían contraponer a otras imágenes de personajes reales, que estuviesen también en situaciones límite, pero donde nos los encontraríamos riendo o sonriendo. Me interesé por este tipo de imágenes tras ver una exposición de artistas judíos que habían sobrevivido la segunda guerra mundial donde se mencionaba, respecto a Artur Nacht-Samborski, que tras acabar la guerra, en su caso oculto bajo una falsa identidad, por un cierto periodo no pudo pintar sino cuadros con ramos de flores y temas semejantes. Lo que podrían considerarse imágenes complacientes e incluso escapistas podrían tener un fuerte potencial para superar el horror o para convivir con dignidad con la memoria de las imágenes del horror.

¿Qué harían en un grupo así unos soldados, aun ficticios? Un soldado es alguien de quien se supone que tiene que matar. Mi pasión por los soldados de cualquier ejército es nula, pero aquí, si no pretendo hacer una apología de los soldados del ejército rojo tampoco pretendo hacer una crítica. En el cuadro de partida, estas personas riendo no ríen de las víctimas, que no aparecen pero que sabemos que las ha tenido que haber, aunque el cuadro pase por alto ese aspecto. Las personas rientes ríen simplemente porque son seres con sentimientos y emociones. Y es la risa compartida del espacio público y el contexto sociopolítico, no la del espectáculo consumido privadamente. ¿Es eso suficiente para mirarlos sin condenarlos o sin justificarlos? Es difícil tomar una posición y de ahí se deriva mi interés por pintar estos cuadros.

Es difícil, además, decidir que se sigue de la comparación de imágenes ficticias e imágenes reales. Unas y otras están para dejar testimonio de que incluso dentro del drama y la tragedia, los personajes que aparecen representados son seres humanos. Y aunque nos creamos otras cosas, en realidad poco más que eso podemos ser.

 

 

 

 



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